ElpresepedeloslocosEn el interior de un pabellón abandonado del antiguo manicomio de Cogoleto (Génova), un largo y sinuoso pasillo serpentea, con una sucesión de escenas que representan momentos clave de la vida de la institución. Se trata del pesebre de Cogoleto, de más de 500 metros cuadrados, que reconstruye de forma despiadada, pero también con cierta vena nostálgica, la historia del manicomio, el abandono y la segregación de los huéspedes, el pabellón infantil, los lugares de violencia pseudoterapéutica,la colonia agrícola y los diversos tipos de trabajo que se hacen pasar por terapia ocupacional, para llegar finalmente a la ciudad, contenedor de todas las esperanzas de emancipación y socialización, una ciudad donde se hace posible la convivencia con otros seres humanos sin separaciones inhumanas. Este libro, tras años de silencio, vuelve a proponer en términos absolutamente originales el tema de la superación de los hospitales psiquiátricos, advirtiendo del riesgo de que los gérmenes de las práticas “manicomiales” se  reproduzcan incluso en estructuras y experiencias inicialmente consideradas antitéticas al asilo.

El diseño y la preparación del pesebre del Manicomio de Cogoleto y su posterior valorización tomaron como propia función de reanimar la vida institucional comatosa y favorecer los procesos de reapropiación simbólica, a través de la narración plástica de las vivencias de dolor y angustia, pero también, y sobre todo, para dar consistencia y visibilidad al deseo y a la esperanza de las mujeres y de los hombres hospitalizados. La capacidad narrativa y representativa pudo desplegarse en toda su potencialidad terapéutica, permitiendo la recuperación de partes del yo congeladas, áridas, desconocidas o no reconocidas, así como el descubrimiento y la experimentación de movimientos y actitudes creativas inimaginables hasta ese momento.